miércoles, 23 de febrero de 2011

VIH

Es el Virus de Inmunodeficiencia Humana, pertenece a la familia de los retrovirus, un grupo caracterizado por su pequeño tamaño y por poseer únicamente ARN en su material genético. Ingresa al cuerpo y se instala en aquellos glóbulos blancos que se encargan de la defensa del organismo contra las diferentes enfermedades a las que se ven expuestas las personas a lo largo de su vida. El virus ingresa en estas células específicas (linfocitos T4), vive se multiplica y las destruye, debilitando la defensa natural que tiene todo organismo para responder contra infecciones que se presentan y que una persona sin VIH puede contrarrestar más fácilmente.  El VIH es muy resistente dentro del organismo, pero en el ambiente externo no sobrevive.



          


¿Qué es el SIDA?
Es el síndrome de inmunodeficiencia humana. Se puede catalogar como una enfermedad infecciosa, es producida por el VIH.
La infección de un ser humano por el VIH pone en marcha un proceso de destrucción de todo el sistema de defensas del individuo que, si no se trata, acaba matándolo.

Mecanismos de transmisión
El virus del VIH puede estar en la sangre, el esperma, las secreciones vaginales y la leche materna.
Se transmite por tres vías:
Sexual: por relaciones sexuales sin preservativo con una persona infectada con VIH (sexo oral, penetración anal o vaginal)
Sanguínea: al compartir agujas y jeringas u otros materiales cortantes contaminados con sangre de una persona infectada.
Vertical: de la madre infectada al hijo/a durante el embarazo, el parto y/o lactancia


¿Quiénes tienen riesgo de infectarse?
Todos. Tan sólo se trata de diferencias en las probabilidades de contraer esta terrible enfermedad. La transmisión del SIDA está generalmente asociada a una serie de comportamientos de riesgo que se pueden evitar.
Como el sida es una enfermedad de transmisión fundamentalmente sexual, cualquier individuo activo sexualmente tiene riesgo de contraer la enfermedad. A pesar del miedo razonable ante la posibilidad de contagio, hay que huir de comportamientos obsesivos. El contagio es difícil si tomamos precauciones razonables como no embarcarnos en relaciones sexuales esporádicas sin utilizar preservativo


Análisis existentes para la detección del VIH-SIDA
La técnica de laboratorio ELISA “Enzime Linked Inmuno Sorbent Asssay” en
inglés o sea “Ensayo de Sorbente Inmunitario de Liga Enzimática”, es una prueba que busca los anticuerpos contra el virus pero no directamente al virus.
Es un método clásico, simple, rápido y de bajo costo. Tiene casi un 100% de certeza cuando el resultado es negativo y el análisis ELISA fue realizado después de haber transcurrido más de tres meses desde la última conducta de riesgo. Si es positivo indica una posible afección, por ello se repite el ELISA y se realiza una prueba suplementaria o confirmatoria denominada Western Blot  y su resultado es definitivo.
La técnica de laboratorio PCR (Reacción en Cadena de la Polimerasa) es un procedimiento directo de detección del virus del VIH en la sangre que se utiliza para medir las partículas presentes de VIH en las células infectadas. Posibilita la detección de pequeñas cantidades de virus del VIH presentes en sangre.
Es una técnica muy costosa, que requiere un equipo complejo y condiciones de laboratorio rigurosas. Tiene la capacidad de detectar la presencia de VIH en la sangre de la persona, mas tempranamente que con la técnica de ELISA.

·        Embarazo.
El embrión en su desarrollo intrauterino recibe, a través de la sangre de su madre por el cordón umbilical, nutrientes, oxígeno y células para la defensa inmunológica. Si esta sangre contiene VIH, puede ingresar al niño
Tener un bebé es una decisión muy personal y algunas pacientes infectadas por el VIH deciden no hacerlo o bien se quedan embarazadas y aceptan continuar pese a conocer los riesgos. También se dan casos de mujeres que descubren su infección cuando ya están embarazadas.
La mujer embarazada debe decidir si está de acuerdo en realizarse el análisis de detección del VIH, debe recibir información correcta en lenguaje claro acerca de las ventajas de realizar la prueba de VIH, en qué consiste la misma y qué significa un resultado negativo o positivo (consentimiento informado).
Ante un diagnóstico positivo al VIH, el médico tratante, previa valoración, indica el o los tratamientos convenientes.
Pese al íntimo contacto sanguíneo que mantienen los bebés con la sangre de sus progenitoras durante la evolución intrauterina, se puede afirmar que en este período, el riesgo de transmisión puede ser reducido casi a cero, si la embarazada accede a la atención médica adecuada tempranamente. Si no se sienten síntomas, parecería que un embarazo no ocasionaría una propagación más rápida de la enfermedad. No existe ninguna prueba que demuestre que el embarazo ocasione la manifestación de síntomas.
Si la embarazada ya tiene síntomas o ha desarrollado el SIDA, un embarazo puede provocar alteraciones en su salud.

¿Cuál tratamiento debo seguir durante el embarazo si nunca he tomado medicamentos contra el VIH?
Diversas terapias han sido estudiadas durante el embarazo. La mejor opción de tratamiento para usted depende de cuándo le diagnosticaron el VIH, cuando supo que estaba embarazada y en qué momento buscó atención médica durante su embarazo, y si necesita tratamiento para mantenerse saludable. Las mujeres en el primer trimestre de embarazo que no tienen síntomas de enfermedad por el VIH pueden demorar el tratamiento hasta después de las 10 a 12 semanas de embarazo. Después del primer trimestre, las mujeres embarazadas VIH positivas deben recibir al menos zidovudina (también conocida como ZDV o AZT) y la nevirapina; y tal vez el médico le recomiende medicamentos adicionales dependiendo de su recuento de linfocitos CD4, la carga viral, y la prueba de resistencia al medicamento.
·        Parto
Durante el pasaje por el canal de parto el bebé toma contacto muy íntimo con las secreciones vaginales y la sangre de su madre, pudiendo adquirir el VIH en esta instancia. La prevención más actualizada para esta etapa puede incluir: desinfección del canal de parto y aplicación a la madre de medicación durante el parto por vía intravenosa. La mayoría de las transmisiones del VIH de madre a hijo ocurren durante el trabajo de parto y en el momento del parto. Por esta razón, el tratamiento es importante durante este momento para proteger al bebé de la infección por el VIH. Hay varios tratamientos que juntos pueden reducir el riesgo de la transmisión del virus a su bebé.
Tratamiento antirretroviral de gran actividad (TARGA) se recomienda aun para las mujeres infectadas por el VIH que no lo necesiten para mantenerse saludables. Si posible, el TARGA debe incluir AZT.
La práctica de cesárea es una medida también de prevención para el bebé que puede ser indicada y discutida con él o la profesional tratante.
En la Encuesta Perinatal Francesa, en ausencia de zidovudina la tasa de transmisión fue idéntica cualquiera fuera la modalidad de parto. Pero en presencia de AZT, la tasa de transmisión fue de sólo 0,8% con cesárea programada, mientras que fue de 11,4% con cesárea no programada y de 6,4% con parto por vía vaginal.
·        Lactancia.
La leche materna es rica en linfocitos T4, para la protección del recién nacido contra las posibles infecciones y rica en nutrientes para la alimentación básica del mismo. Si la madre es VIH positivo, estos linfocitos T4 contienen el virus y pueden ingresar al organismo del niño.
Si el bebé ha superado el embarazo y el parto sin contraer VIH, debe recomendarse que no sea amamantado, para evitar exponerlo a éste último riesgo. Esta recomendación es aplicable en aquellos lugares donde se le pueda brindar al bebé una adecuada alimentación artificial.
La OMS y el UNICEF recomiendan que las madres infectadas por el VIH no den el pecho si la alimentación de sustitución es aceptable, factible, accesible, sostenible e inocua.
 Se recomienda a las madres VIH positivas que interrumpan precozmente el amamantamiento natural de sus hijos. La edad de esta interrupción depende de las circunstancias de la madre y de su bebé. Es necesario que se estudien las consecuencias de esa interrupción precoz en la transmisión, la mortalidad, el crecimiento y el desarrollo.
Resultados informados por Anna Coutsoudis se relacionaron con las modalidades de lactancia: lactancia materna exclusiva, lactancia materna parcial (lactancia mixta) y lactancia artificial. Aparentemente la lactancia materna exclusiva no comporta un riesgo superior al de la lactancia artificial a la edad de 3 meses (riesgo de contaminación de 8,3% en comparación con 13,2%). Por el contrario la lactancia mixta que en realidad es la que practican la mayoría de las mujeres, en el área estudiada, comporta un riesgo de contaminación del orden del 20% *
*Coutsoudis A., Pillay K, Spooner E et al., “Influence of infant-feeding patterns on early mother-to-child transmission of HIV-1 in Durban, South Africa: a perspective cohort study” Lancet 1999, 354, 471-6